jueves, 31 de octubre de 2013

Unos viernes atrás.

Como es de costumbre esa mañana me dirigía hacía mi universidad. Tome el auto del paradero que me deja al frente de mi casa de estudios. Como ya había una persona ocupando el asiento de adelante tuve que ir en la parte posterior de este con otra persona más. Al cabo de unos minutos partió, eran las 7 : 05 am y todo estaba tranquilo. 
El auto se había desplazado y estábamos casi por la mitad del recorrido, pero faltaba una persona, observé que una señorita tiene intención de subir, el auto se detiene,ella sube saluda amablemente, cerró la puerta y seguimos.
Unos kilómetros antes de llegar pagué el pasaje, lo mismo hicieron las personas que estaban conmigo atrás, pero la persona de adelante quería pagar con un billete y el conductor le llamó la atención haciendo referencia que no tenía sencillo, note que se enojo un poco, entonces la única solución era cambiar el billete en el punto de llegada. 
Después de unos minutos estábamos cerca pero el conductor decide estacionar el vehículo, para mí no en el lugar adecuado. Por mi cabeza pasó debería estacionarse en una zona adecuada, pero en fin no dije nada.
Entonces la joven pregunta : ¿puedo bajar? y como realizar la acción cuando de pronto pasa otro auto y se llevó la puerta. Con todo esto el conductor del auto se ofusco mucho. Yo me preguntaba porque debemos desobedecer las normas, si sabemos que no es un lugar adecuado donde estacionarnos ¿por que lo hacemos? creo que la respuesta radica en la poca cultura que tenemos, el desorden continuo que se observa cada día y más funesto es ver como algunos conductores hacen maniobras por ganarle al semáforo comenten infracciones, una tras otra convirtiendo la ciudad en un caos. Pero no solo son ello también nosotros, los peatones cometemos faltas.
Volví a la tétrica mañana, ahora la chica se encontraba atemorizada, el resultado era un accidente, daños materiales y un susto para la joven. 

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